Imagina poner pie en el techo de América, el Aconcagua; seguir los pasos de los Incas al sitio arqueológico más alto del mundo, las tumbas secretas del volcán Llullaillaco o echar una mirada al majestuoso vuelo del cóndor en el Cajón del Maipo, y explorar el lejano sur del mundo, experimentando la silvestre y desértica soledad de Patagonia.

Cuando Hans llegó a Chile en el año 2000, éstos eran algunos de sus sueños. Hoy está feliz y muy agradecido, porque todo esto y más se ha vuelto realidad, aunque sus horizontes aún son muy amplios. Ha alcanzado tantas cimas donde muchos otros personajes han puesto ya también sus banderines, convirtiéndose en uno de los más experimentados guías en Chile.
 
El dice: “La parte más hermosa de nuestro trabajo es ayudar a convertir los sueños de otras personas en realidad”

Se puede decir que la creación de Spondylus fue el paso consiguiente a su realización personal.